El proyecto
“Ajedrez en las aulas como herramienta educativa” nace con la idea de
introducir el ajedrez en horario lectivo, en el Colegio Miralmonte, en la etapa
de Secundaria, con la finalidad de que nuestro alumnado aprenda y se beneficie de
todas las ventajas que este deporte reporta como herramienta educativa. Para
poder llevar a cabo el proyecto, se ha desarrollado una importante colaboración con el Club Deportivo
Ajedrez Lapuerta y la implicación de todo el profesorado de Secundaria del centro. No obstante, esta acción se trabajará directamente a través de las siguientes asignaturas:
- Tutoría, en ella el ajedrez nos va a servir para
trabajar técnicas de estudio. Aspectos como la concentración, la toma de
decisiones, etc.
-
Valores Éticos / Religión. Trabajaremos valores como la disciplina, trabajo
cooperativo o colaborativo, deportividad, etc.
- Matemáticas. Trabajaremos la resolución de problemas,
la abstracción, el razonamiento lógico, etc.
-
Educación Física. Como disciplina deportiva.
Además, el ajedrez estará presente en actividades lúdicas de recreos, programación de Santo Tomás de Aquino, etc.
El método de aprendizaje que se va a aplicar está basado
en los fundamentos del pensamiento Constructivista. Tiene como base pedagógica el aprendizaje mediante las
propias experiencias del alumnado, basándonos siempre en sus propios intereses
y en sus conocimientos previos. En nuestra opinión, el mejor aprendizaje es
aquel que se lleva a cabo cuando el niño está motivado como señala Vygotsky. De
esta forma conseguiremos que el niño se encuentre más predispuesto hacia el
aprendizaje y se desarrolle al mismo tiempo que se divierta.
Los beneficios que
ejerce el ajedrez sobre el desarrollo educativo de los niños han sido verificados
en numerosas investigaciones a lo largo de los años. Entre las conclusiones que
se derivan de estos estudios se pueden citar algunas como que “existe una correlación
significativa entre la habilidad para jugar bien al ajedrez y la facultades
espaciales, numéricas, administrativo-direccionales y organizativas” (Robert Ferguson) o que “lo que
el ajedrez enseña de una forma metodológica es un sistema de incentivo
suficiente para acelerar el incremento del coeficiente intelectual en niños de
ambos sexos de escuela primaria en cualquier nivel socio-económico.”
Hoy en día la
inclusión del ajedrez en la escuela se ha extendido en todo el mundo. La UNESCO
recomendó oficialmente en 1995 a todos sus países miembro la incorporación del
ajedrez como materia educativa en la enseñanza primaria. Esta incorporación se
ha realizado de distinta manera. Mientras que en algunos países como Rusia,
Venezuela, Colombia ya forma parte obligatoria del currículo del alumno, en
otros se incluye como asignatura optativa como ocurre en algunas comunidades de
España.
A continuación, se
exponen los beneficios que se adquieren con su práctica:
- Aumenta la
capacidad de concentración: una de las causas más frecuentes con las
que se relaciona el fracaso escolar es la falta de atención y concentración de
los estudiantes, una capacidad que se puede adquirir fácilmente con la práctica
del ajedrez ya que requiere por parte del jugador un alto grado de
concentración y observación para poder desarrollar la partida adecuadamente.
- Ejercita la
memoria: ya sea memoria a corto plazo para recordar los movimientos
que se han realizado durante la partida o a largo plazo para no olvidar otras
partidas jugadas, la multiplicidad de alternativas a las que se enfrenta el
jugador de ajedrez tiene como resultado una mejora en su capacidad de retener y
recordar datos en la mente.
-
Desarrolla
el razonamiento lógico matemático: está demostrado que el
razonamiento y el proceso de análisis utilizado en el juego del ajedrez es muy
similar al que se usa en las matemáticas y por tanto su práctica puede ser
beneficiosa para mejorar las aptitudes matemáticas de los alumnos.
- Mejora la
capacidad de resolución de problemas y toma de decisiones: durante
la partida el jugador de ajedrez se enfrenta a distintos problemas que debe
resolver, analizando todas las soluciones posibles y eligiendo la más adecuada
incluso muchas veces bajo la presión del límite de tiempo para tomarlas.
- Ayuda a
aprender a reflexionar, planificar y prevenir: en cada
movimiento el jugador debe reflexionar sobre todas las jugadas posibles y los
ataques que puede recibir, de modo que puede anticiparse a la respuesta del
contrario y tener previstas con antelación las posibles líneas de juego.
- Creatividad
e Imaginación: en el ajedrez no es suficiente tratar de seguir
patrones de jugadas estudiadas o practicadas previamente. A fin de lograr
ventajas claras sobre su oponente el ajedrecista debe imaginar posiciones
distintas a las que está presente en el tablero y definir estrategias que le
permitan llegar a ellas.
- Eleva el
coeficiente intelectual: muchos estudios han demostrado como
después de un tiempo jugando sistemáticamente al ajedrez puede elevarse el
coeficiente intelectual (CI) de una persona, además de mejorar la capacidad
para resolver problemas, las habilidades lectoras, de lenguaje, matemáticas y
de memorización.
- Ejercita
ambos hemisferios cerebrales: ciertos estudios revelan que cuando
disputamos una partida de ajedrez o analizamos una determinada posición hacemos
trabajar por igual a los dos hemisferios del cerebro.
-
Habilidades
de inteligencia emocional que desarrolla el ajedrez:
A)
Control emocional: el desarrollo de una
partida de ajedrez requiere de un alto grado de control emocional, un jugador
no se puede dejar llevar por la ira o frustración antes una mala jugada.
Permite al niño aprender a controlar sus sentimientos de frustración ante la
derrota y convertirlos en energía positiva para enfrentarse al próximo reto
superando los errores cometidos.
B)
Cumplimiento y aceptación de las normas: para
jugar al ajedrez se requiere el cumplimiento y aceptación de una serie de
reglas técnicas cuyo incumplimiento es penalizado. En el ajedrez se promueve la
honestidad y la integridad de la persona.
C)
Empatía: en el ajedrez es muy importante
comprender la estrategia del oponente e interpretar sus emociones para
anticiparse a sus acciones.
Esta característica es muy necesaria para
niños con síndrome de Asperger.
D)
Incrementa la autoestima y el afán de
superación: cada partida es un nuevo reto para el jugador que intentará mejorar
su habilidad para jugar cada vez mejor, asimismo, cada vez que gana una partida
el ajedrecista aumenta su autoestima y valora su pericia en el juego. En el
caso de perder contribuye a potenciar la autocrítica.
Por otra parte, es
importante señalar el fundamento legislativo que tiene esta práctica dentro de
las aulas, ya que nos hemos basado para su elaboración en el Real Decreto
1105/2014, de 26 de diciembre, por el que se establece el currículo básico de
la Educación Secundaria Obligatoria y del Bachillerato. Además, los objetivos
de etapa que se establecen en dicha ley educativa guardan relación con los
valores y con lo que nosotros queremos desarrollar con la práctica del ajedrez
en los centros educativos, algunos ejemplos son los siguientes:
- Valorar y respetar la diferencia de sexos y
la igualdad de derechos y oportunidades entre ellos. Rechazar la discriminación
de las personas por razón de sexo o por cualquier otra condición o
circunstancia personal o social. Rechazar los estereotipos que supongan
discriminación entre hombres y mujeres, así como cualquier manifestación de
violencia contra la mujer. El ajedrez como elemento y deporte cultural busca la
unión y la igualdad entre las personas
mediante el juego, siendo indiferente para su práctica la etnia, religión,
edad, sexo, color o condición física.
- Comprender y expresar con corrección,
oralmente y por escrito, en la lengua castellana y, si la hubiere, en la lengua
cooficial de la Comunidad Autónoma, textos y mensajes complejos, e iniciarse en
el conocimiento, la lectura y el estudio de la literatura. Mediante la enseñanza y la práctica de este
juego-deporte aplicaremos de manera adecuada la lengua castellana y
potenciaremos los hábitos de lectura y comprensión en los alumnos.
- Concebir el conocimiento científico como un
saber integrado, que se estructura en distintas disciplinas, así como conocer y
aplicar los métodos para identificar los problemas en los diversos campos del
conocimiento y de la experiencia.Los alumnos deben enfrentarse a situaciones en su día a día donde
tienen que estar preparados para resolver los problemas de la forma más lógica
y sensata posible. La práctica del ajedrez puede proporcionarles las
habilidades y capacidades necesarias para ello, ya que es muy habitual durante
el transcurso de una partida de ajedrez la necesidad de elegir una jugada y
rechazar otra; una es la correcta y la otra un error.
-
Desarrollar destrezas básicas en la
utilización de las fuentes de información para, con sentido crítico, adquirir
nuevos conocimientos. Adquirir una preparación básica en el campo de las
tecnologías, especialmente las de la información y la comunicación. En la actualidad las TICs son cada vez más importantes,
por eso hemos elaborado un material específico y didáctico que usaremos como
herramienta informática para la enseñanza y aprendizaje de los alumnos. Además
usaremos algunos portales de internet donde los niños podrán interactuar con
otros alumnos jugando una partida de ajedrez.
- Apreciar la creación artística y comprender
el lenguaje de las distintas manifestaciones artísticas, utilizando diversos
medios de expresión y representación. El ajedrez potencia la comunicación entre los alumnos y
de los alumnos con el profesor a través de los medios de expresión verbal,
corporal y visual desarrollando la creatividad y la capacidad para disfrutar de
las obras y las manifestaciones artísticas.
- Fortalecer sus capacidades afectivas en
todos los ámbitos de la personalidad y en sus relaciones con los demás, así
como rechazar la violencia, los prejuicios de cualquier tipo, los
comportamientos sexistas y resolver pacíficamente los conflictos.
Uno de los
objetivos más importantes es trasmitir a los niños lo valores que representa el ajedrez, entre los que podemos destacar; el
respeto hacia tu oponente o compañero de partida (siempre se da la mano antes y
de comenzar y al terminar una partida), la igualdad entre los jugadores (da
igual el sexo, la religión, la edad o el color de la piel a la hora de disputar
una partida de ajedrez), la deportividad (reconociendo la virtud de tu oponente
cuando juega mejor que tú), el respeto de las normas, (tanto dentro como fuera
del tablero), la autoestima y el afán de logro.
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Joaquín Ruiz Abellán