El conocido astrónomo Michael Brown, descubridor de Eris y Sedna, acaba de aportar, junto a su colega Konstantin Batygin,
las mejores evidencias que existen hasta ahora de la existencia de un
nuevo y distante planeta gigante, similar al tamaño de Neptuno, en los confines del Sistema Solar. Su
trabajo, que está revolucionando a la comunidad científica
internacional, acaba de publicarse en The Astronomical Journal.
El planeta, demasiado lejano como para ser detectado por telescopios, delata su presencia al «alterar las órbitas de los objetos del cinturón de Kuiper», afirma Rodney Gomes, astrónomo del Observatorio Nacional de Brasil, en Río de Janeiro.
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Joaquín Ruiz Abellán