En 2017 en España habrá, por primera vez, más muertes que nacimientos.
En el caso de
que se mantengan las tendencias demográficas actuales, España perdería 2,6
millones de habitantes, un 5,6%, en los próximos 10 años. De esta forma, la
población se reduciría a 44,1 millones en el año 2023. El descenso de la
natalidad y el envejecimiento poblacional provocarían que en 2017 en España
hubiera más defunciones que nacimientos.
La caída de nacimientos vendría determinada por la reducción del
número de mujeres en edad fértil, al encontrarse en esas edades aquellas
generaciones de mujeres menos numerosas que nacieron durante la crisis de
natalidad de finales de los 80 y de los años 90. De hecho, el número de mujeres
entre 15 y 49 años se reduciría 1,9 millones (un 17,0%) en 10 años.
Esta evolución
se produciría aunque la proyección realizada contempla que la fecundidad de las
mujeres mantenga una ligera tendencia favorable en los próximos años, que
llevaría al número medio de hijos por mujer hasta los 1,41 en 2022, frente al
1,34 actual.
Por otro lado,
la esperanza de vida al nacimiento alcanzaría los 81,8 años en los varones y
los 87,0 en las mujeres en 2022, lo que supone una ganancia de 2,5 años y de
1,9 años respecto a los valores actuales, respectivamente.
La pérdida de población se concentrará en el tramo de edad entre
20 y 49 años, que se reducirá en 4,7 millones de personas en la próxima década
(un 22,7%). La tasa de dependencia, es decir, el cociente entre la población
menor de 16 años o mayor de 64 y la de 16 a 64 años, se elevaría en más de
nueve puntos, desde el 51,0 actual hasta el 59,2% en 2023.
El número de
defunciones seguiría aumentando como consecuencia del envejecimiento
poblacional. Así, en el periodo 2013-2022 se llegarían a registrar casi 4,1
millones de defunciones, un 6,2% más que a las observadas entre 2003 y 2012.
Resultados por Comunidades Autónomas
La
pérdida de población se extendería a la práctica totalidad de las comunidades
autónomas. Los mayores descensos en términos relativos se registrarían en
Cataluña (–10,6%), Comunidad Valenciana (–8,7%) y La Rioja (–8,3%). Canarias y
las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla serían los únicos territorios que no
perderían población en la próxima década, debido a la inmigración. Murcia, también perdería población, aproximadamente un 4,9% (unos 72 mil habitantes), contando de esta forma, para 2023 con una población total de 1.387.893, frente al 1.459.621 actual, descenso motivado, principalmente, por la salida de población extranjera o inmigrante.
En
10 de las 17 comunidades, el número acumulado de defunciones superaría al de
nacimientos en la próxima década. Así, el saldo vegetativo entre 2013 y 2022
resultaría negativo en el Principado de Asturias, Galicia, Castilla y León,
Cantabria, País Vasco, Aragón, Extremadura, La Rioja, Comunidad Valenciana y
Canarias.
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Joaquín Ruiz Abellán